Evidencia científica actual sobre el consumo de ultraprocesados y salud

Evidencia científica actual sobre el consumo de ultraprocesados y salud

En 2009, Carlos Augusto Monteiro acuñó el término alimento ultraprocesado 1. Desde entonces, la cantidad de datos científicos sobre la relación de estos productos con las enfermedades metabólicas es abrumadora. Cada semana se publican al menos una decena de estudios que ponen el foco en ellos y todos van en el mismo sentido: un mayor consumo de alimentos ultraprocesados se asocia con un mayor riesgo de padecer alguna de esas enfermedades. En este artículo veremos cuál es la evidencia científica actual y si es suficiente para hacer recomendaciones a la población.

Aunque la definición de alimentos ultraprocesados es compleja, se puede resumir en que se trata de formulaciones realizadas en la industria alimentaria con diversos ingredientes2. Estas formulaciones dan lugar a nuevos productos que son ricos en grasas saturadas, azúcar y/o sal y suelen contener aditivos que mejoras sus propiedades sensoriales, es decir, su textura, aroma, sabor y color. Entre estos aditivos, se encuentran los potenciadores del sabor, los aromas, los colorantes y los emulgentes. Estos componentes, amplifican el atractivo de los ultraprocesados, convirtiéndolos en alimentos hiperpalatables. Los alimentos hiperpalatables combinan altos niveles de grasa, azúcar o sal para activar el sistema de recompensa del cerebro, de forma que su consumo promueve en el individuo oleadas de placer, lo que fomenta el consumo excesivo. De esta forma, los consumidores ingieren mayor cantidad y, en último término, compran más.

De hecho, se ha sugerido que los alimentos ultraprocesados son capaces de provocar adicciones de una forma muy similar a la del tabaco 3. Esto se debe a que ultraprocesados y tabaco comparten cuatro características asociadas con las adicciones, como son la compulsividad, las sensaciones psicoactivas, el refuerzo positivo y la generación de ansia por consumir más. De ahí que se produzca un mayor consumo, y como consecuencia, un mayor riesgo de obesidad con sus consecuencias patológicas asociadas. En este otro post, ya os hablaba de la influencia que tuvo la industria del tabaco en la comercialización de ultraprocesados.

Centenares de investigadores por todo el mundo están emitiendo informes acerca de la relación de estos productos con las enfermedades metabólicas. Son ya tantos, que otros investigadores están recopilando la información en forma de meta-análisis, es decir, estudios de estudios, a través de los que se pueden extraer conclusiones sólidas del conjunto. Como ejemplo, diversos meta-análisis encontraron que las personas que más ultraprocesados consumen tienen las siguientes probabilidades de padecer determinadas enfermedades:

EnfermedadRiesgoEstudiosParticipantesReferencia
Obesidad39%2372.0004
Enfermedades cardiovasculares35%11278.0005
Dabetes31%181.100.0006
Cáncer30%11423.0007
Depresión28%26260.3858

Más aún, un meta-análisis publicado este mismo año mostró que el riesgo de morir por una enfermedad cardiovascular se incrementa en un 16% con el consumo de ultraprocesados y la mortalidad por todas las causas en un 17%9. Así pues, parecería que está claro que los alimentos ultraprocesados son los causantes de estas enfermedades y sus consecuencias. Sin embargo, realmente no podemos hacer esa afirmación.

Si bien la relación entre el consumo de estos alimentos y las mencionadas enfermedades está sobradamente demostrada, los estudios realizados hasta la fecha no permiten establecer relaciones de cauda y efecto. Se trata de estudios de tipo observacional, que solo nos muestran una fotografía del panorama. Nos dicen que las personas que consumen más ultraprocesados tienen más probabilidades de padecer una de estas enfermedades pero no que sean su causa. Para ello, es necesario llevar a cabo ensayos clínicos controlados. Desafortunadamente, por cada 100 estudios observacionales, solamente tenemos disponible un ensayo clínico y mientras que los primeros involucran a miles de sujetos, los tamaños muestrales de los segundos no pasan de un par de decenas.

Número de ensayos clínicos aleatorizados y controlados y de estudios observacionales sobre alimentos ultraprocesados y salud realizados en humanos hasta noviembre de 2023. Fuente: Pubmed.

Esa situación se da por muchos motivos, entre los cuales está la dificultad de financiación de ensayos clínicos, que son muy costosos y las consideraciones éticas. En este sentido, me temo que muchos comités de bioética no aceptarían un ensayo clínico en el que al grupo de tratamiento se le administre una dieta rica en productos de los que hay evidencia sobre su riesgo para la salud.

¿Significa eso que con la información disponible los dietistas-nutricionistas no pueden dar recomendaciones a la población sobre el consumo de ultraprocesados? La respuesta corta es que no, pueden y deben dar esas recomendaciones. La respuesta un poco más larga es que esta situación es común en nutrición. No siempre los profesionales disponen de la evidencia más alta posible, pero los ciudadanos comen todos los días y no se puede esperar a tenerla. Por tanto, sobre la base de la mayor evidencia disponible, deberían recomendar reducir el consumo de estos productos y, en lo posible, evitarlos.

En conclusión, el término «alimento ultraprocesado» ha cobrado una gran relevancia en la última década, y la abrumadora cantidad de evidencia científica que vincula estos productos con enfermedades metabólicas es innegable. La relación entre el consumo de alimentos ultraprocesados y enfermedades como la obesidad, enfermedades cardiovasculares, diabetes, cáncer y depresión está respaldada por numerosos estudios y meta-análisis. A pesar de la falta de ensayos clínicos que establezcan relaciones de causa y efecto, los profesionales de la salud, incluyendo los dietistas-nutricionistas, deben basar sus recomendaciones en la evidencia disponible y aconsejar a la población reducir el consumo de estos productos y, en la medida de lo posible, evitarlos. La importancia de una alimentación saludable y equilibrada no puede ser subestimada, y tomar decisiones informadas sobre nuestra dieta es esencial para mantener y mejorar nuestra salud.


Referencias

  1. Monteiro CA. Nutrition and health. The issue is not food, nor nutrients, so much as processing. Public Health Nutr. 2009;12(5):729-31. doi: 10.1017/S1368980009005291.
  2. Popkin. B., P. 2020. El impacto de los alimentos ultraprocesados en la salud. 2030 – Alimentación, agricultura y desarrollo rural en América Latina y el Caribe, No. 34. Santiago de Chile. FAO.
  3. Gearhardt AN, DiFeliceantonio AG. Highly processed foods can be considered addictive substances based on established scientific criteria. Addiction. 2023;118(4):589-598. doi: 10.1111/add.16065.
  4. Pagliai G, Dinu M, Madarena MP, Bonaccio M, Iacoviello L, Sofi F. Consumption of ultra-processed foods and health status: a systematic review and meta-analysis. Br J Nutr. 2021;125(3):308-318. doi: 10.1017/S0007114520002688.
  5. Yuan L, Hu H, Li T, Zhang J, Feng Y, Yang X, Li Y, Wu Y, Li X, Huang H, Hu F, Chen C, Zhang M, Zhao Y, Hu D. Dose-response meta-analysis of ultra-processed food with the risk of cardiovascular events and all-cause mortality: evidence from prospective cohort studies. Food Funct. 2023;14(6):2586-2596. doi: 10.1039/d2fo02628g.
  6. Delpino FM, Figueiredo LM, Bielemann RM, da Silva BGC, Dos Santos FS, Mintem GC, Flores TR, Arcêncio RA, Nunes BP. Ultra-processed food and risk of type 2 diabetes: a systematic review and meta-analysis of longitudinal studies. Int J Epidemiol. 2022;51(4):1120-1141. doi: 10.1093/ije/dyab247.
  7. Isaksen IM, Dankel SN. Ultra-processed food consumption and cancer risk: A systematic review and meta-analysis. Clin Nutr. 2023;42(6):919-928. doi: 10.1016/j.clnu.2023.03.018.
  8. Mazloomi SN, Talebi S, Mehrabani S, Bagheri R, Ghavami A, Zarpoosh M, Mohammadi H, Wong A, Nordvall M, Kermani MAH, Moradi S. The association of ultra-processed food consumption with adult mental health disorders: a systematic review and dose-response meta-analysis of 260,385 participants. Nutr Neurosci. 2023;26(10):913-931. doi: 10.1080/1028415X.2022.2110188.
  9. Zhao Y, Chen W, Li J, Yi J, Song X, Ni Y, Zhu S, Zhang Z, Xia L, Zhang J, Yang S, Ni J, Lu H, Wang Z, Nie S, Liu L. Ultra-Processed Food Consumption and Mortality: Three Cohort Studies in the United States and United Kingdom. Am J Prev Med. 2023:S0749-3797(23)00351-3. doi: 10.1016/j.amepre.2023.09.005.
¿Te ha gustado? Compártelo

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.