Retorciendo la clasificación NOVA de ultraprocesados en beneficio de la industria alimentaria

Retorciendo la clasificación NOVA de ultraprocesados en beneficio de la industria alimentaria

El emperador está desnudo

Hace unos días, Rubén E. Vargas usuario de Twitter y profesor en la Universidad Central de Venezuela, me pasó un artículo en el que se hacía referencia a un estudio 1 sobre la adecuación a las Guías Dietéticas Estadounidenses (DGA por sus siglas en inglés) a una dieta compuesta casi exclusivamente por alimentos ultraprocesados.

El título del artículo en cuestión llamó mi atención rápidamente: “El emperador de los alimentos ultraprocesados está desnudo”, haciendo referencia al cuento “El traje nuevo del emperador”, de Hans Christian Andersen. El cuento trata sobre un emperador vanidoso que cae en el engaño de unos estafadores que le hacen creer que su nuevo traje es invisible para aquellos que son estúpidos o incompetentes. En realidad, el emperador está desnudo, pero nadie se atreve a decir la verdad hasta que un niño inocente revela la realidad durante un desfile. Con frecuencia, se emplean las expresiones «El traje nuevo del emperador» y «El emperador va desnudo» en referencia al cuento, para ilustrar situaciones en las que una gran mayoría de personas acuerda colectivamente ignorar un hecho evidente, a pesar de reconocer individualmente lo absurdo de la situación.

¡El emperador está desnudo!

Así pues, el título del artículo sugiere que, aun cuando la clasificación NOVA (el emperador) de los alimentos ultraprocesados es aceptado mayoritariamente por la comunidad científica, los dietistas-nurticionistas y gran parte de la población, en realidad no es útil para determinar si un alimento es saludable o no (está desnudo). El artículo se basa en el estudio mencionado más arriba, en el que una dieta que contenía un 91% de alimentos ultraprocesados resultaba más saludable que la típica dieta estadounidense y estaba bien alineada con las DGA.

La clasificación NOVA y sus críticas

La clasificación NOVA fue creada por Carlos Monteiro y su equipo de investigación de la Universidad de Sao Paulo en 2010 2, con el fin de agrupar los alimentos en función de su grado de procesamiento industrial y su composición, teniendo en cuenta para ello su posible relación con el desarrollo de enfermedades asociadas a la alimentación. La clasificación NOVA consta de 4 grupos:

  • Grupo 1. Alimentos sin procesar o mínimamente procesados.
  • Grupo 2: Ingredientes culinarios elaborados.
  • Grupo 3. Alimentos procesados.
  • Grupo 4. Alimentos ultraprocesados.

Puedes consultar qué alimentos se integran en cada grupo en esta entrada, pero para resumir, podemos decir que un alimento ultraprocesado es un producto elaborado a partir de ingredientes, en el que no se pueden identificar otros alimentos en sí, que generalmente es rico en grasas, sal y azúcar y contiene algún aditivo que no suele estar presente en las casas y que se añade para mejorar sus características organolépticas. Es decir, son productos elaborados con otros productos y diseñados para que resulten tremendamente atractivos y se consuman más.

Desde su desarrollo en la década pasada, la clasificación NOVA ha permitido abrir un nuevo campo de investigación para relacionar el consumo de alimentos en sí, y en particular, su grado de procesamiento industrial, con la salud y las enfermedades metabólicas asociadas a la alimentación. Así lo prueban las decenas de artículos científicos publicados en los últimos cinco años, que vinculan el consumo de estos alimentos con la obesidad, las enfermedades cardiovasculares, la diabetes, las enfermedades neurodegenerativas, el cáncer, las enfermedades mentales y un largo etcétera.

Evolución del número de artículos científicos sobre alimentos ultraprocesados usando la clasificación NOVA en la base de datos Pubmed.

Sin embargo, la clasificación NOVA no ha estado exenta de críticas. Por un lado, se ha argumentado que la definición de «ultraprocesados» puede ser ambigua y subjetiva. Algunos críticos han señalado que la línea entre los diferentes niveles de procesamiento no siempre es clara y que ciertos alimentos podrían clasificarse de manera diferente según el criterio de cada investigador. Un ejemplo ilustrativo es el pan: dado que está hecho de harina de trigo, agua, sal y levadura, se considera un alimento procesado (NOVA 3); sin embargo, si se le añaden emulgentes, pasa a ser clasificado como un alimento ultraprocesado (NOVA 4). Del mismo modo, un yogur natural se clasifica como un alimento procesado, pero si se le agregan colorantes o aromas, entra en la categoría de alimentos ultraprocesados 3.

Además, se ha criticado que no existen evidencias sólidas y directas de que el consumo de ultraprocesados sea un factor causal de enfermedades metabólicas. Esto se debe a que, aunque existen centenares de estudios que han evaluado la relación entre el consumo de estos alimentos y dichas enfermedades empleando NOVA, la gran mayoría son de tipo observacional y no permiten establecer relaciones de cusa y efecto (más información sobre estudios observacionales aquí).

Pero probablemente, la crítica más común es la que considera que la clasificación NOVA se centra principalmente en el nivel de procesamiento y no en la calidad nutricional de los alimentos, aunque tiene en cuenta el contenido en grasas saturadas, azúcar y sal. Algunas de estas críticas están resumidas en este artículo de otros investigadores brasileños 4.

¿Por qué el emperador está desnudo?

Vamos a analizar los resultados del estudio y veremos por qué sus autores consideran que el emperador está desnudo, es decir, que la clasificación NOVA no permite distinguir alimentos saludables de los que no lo son.

El estudio plantea la hipótesis de que es posible crear un menú de una semana que incluya más del 80% de su contenido calórico en forma de alimentos ultraprocesados, según la definición NOVA. Además, plantea que se alineará con las recomendaciones para un patrón dietético saludable de la DGA. El menú se diseñó para una persona adulta con un consumo de 2000 kcal diarias, empleando la tradicional guía dietética estadounidense MyPyramid. Después, se evaluó la calidad de la dieta usando el Índice de Alimentación Saludable-2015 (HEI-2015) 5.

En el menú finalmente diseñado, el 91% de las calorías procedieron de alimentos ultraprocesados (NOVA 4), mientras que la puntuación HEI-2015 fue de 86 de 100 puntos posibles. Según los autores, este menú no logró una puntuación perfecta en el índice HEI-2015 (100/100) debido principalmente al exceso de sodio y una cantidad insuficiente de cereales integrales. Sin embargo, el menú proporcionó cantidades adecuadas de todos los macro y micronutrientes excepto vitamina D, vitamina E y colina.

Por tanto, según el estudio publicado, el menú es capaz de proporcionar una dieta saludable durante una semana, a pesar de que esté compuesto casi en su totalidad por alimentos ultraprocesados. En consecuencia, los autores concluyen que la implementación del sistema NOVA podría omitir alimentos ricos en nutrientes de las dietas saludables recomendadas en la DGA. O dicho de otra forma, el sistema NOVA no funciona para distinguir los alimentos saludables de los que no lo son, ya que hay alimentos supuestamente poco saludables, como los que se incluyen en el estudio, que cumplen con las recomendaciones de la DGA.

¿Pero realmente es cierto que el emperador está desnudo?

Según las conclusiones del estudio, parece evidente que el sistema NOVA realmente no funciona y que podemos consumir alimentos ultraprocesados y aún así mantener una dieta saludable. Vamos a analizar el menú propuesto con un poco de detenimiento para ver si esa afirmación es cierta.

Aquí hago un inciso. Debido a las dimensiones de esta entrada, no voy a mostrar en detalle los ingredientes de cada uno de las comidas que se emplean en la dieta propuesta, ni sus cantidades ni la forma de preparación, pero pueden consultarse en el artículo original.

Dicho esto, vamos al lío. En la tabla se presenta el menú simplificado que propusieron los autores del estudio.

Día 1Día 2Día 3Día 4Día 5Día 6Día 7
DesayunoBurrito Zumo de naranja LecheCereales
Leche
Zumo de manzana
Cereales Plátano Tostada
Zumo de uva
Muffin
Margarina Mermelada Zumo de uva Huevo cocido
Cereales
Leche
Melocotón, Tostada integral Margarina Mermelada
Tostadas integrales Margarina
Manteca de cacahuete Melocotón
Leche
Cereales instantáneos Leche
Pera
AlmuerzoSandwich de pavo Patatas AguaEnsalada taco AguaSandwich de atún
Pera
Leche
Sopa de alubias Pan integral Zanahorias
Leche
Sandwich de pollo Pan integral
Zumo de tomate
Patata asada con chili y pav
Pera
Zumo de frutas
Sopa de almejas, Crackers integrales Leche
CenaSalmón con arroz Brocoli LecheHorneado de pasta de espinacas
Pan integral Leche
Pollo asado con verdura
Leche
Pasta con salsa de carne Ensalada de espinacas
Leche
Filete de lomo Patatas
Zanahorias glaseadas
Pan integral Leche
Pizza con salchicha y champiñones Ensalada verde LecheSalteado de verdura con tofu
Arroz integral con quinoa
Zumo de arándanos y frambuesa
SnackCóctel de frutaMandarina Almendras tostadasAlbaricoques secos
Yogurt de fresa
Yogurt de vainillaKefir de fresaCrackers integrales Garbanzos tostados con miel
Cóctel de fruta
Anacardos con sal y pimienta
Melocotón
Yogurt de vainilla

Aunque yo no soy dietista-nutricionista, a simple vista no me parece un menú tan desordenado y pudiera cumplir con las recomendables dietéticas. Sin embargo, la gran mayoría de estos alimentos tienen origen industrial y contienen azúcares y sal añadidos, además de aditivos introducidos para mejorar sus características organolépticas y fomentar su consumo. Es decir, son ultraprocesados.

Por ejemplo, los ingredientes del pollo asado son (ver material suplementario en el artículo): pollo entero sin cuello y menudillos que contienen hasta un 12% de solución de agua, vinagre, sabores naturales, sal. Frotado con: sal, azúcar moreno, especias, cebolla deshidratada, caldo de pollo, sabor natural, melaza, pimentón, maltodextrina, sabor ahumado natural. Claramente se trata de un ultraprocesado. Otro ejemplo ilustrativo es el del atún, que contiene atún listado, aceite de oliva virgen extra, agua, sal, especias, maltodextrina, cebolla, azúcar, ajo, extracto de levadura, aromas naturales, zumo de limón. También es ultraprocesado.

Por tanto, incluso los alimentos que elaborados en un hogar no serían ultraprocesados, en este menú sí lo son.

Aún así, hay algunas cuestiones en el menú propuesto que llaman la atención:

1. Una leche que no es leche. En lugar de una leche convencional, que no sería un ultraprocesado, los autores han incluido leche ultrafiltrada. Sinceramente, he tenido que buscar qué es este tipo de leche y según la wikipedia, se trata de un concentrado de proteína que se produce al pasar la leche a presión a través de una membrana fina y porosa. La ultrafiltración permite que las moléculas más pequeñas como lactosa, agua, minerales y vitaminas pasen a través de la membrana, mientras que las moléculas más grandes (proteína y grasa) se retienen y concentran. Se puede conseguir un concentrado sin grasa, si se elimina ésta previamente.

Por tanto, la leche ultrafiltrada no es realmente leche, sino un concentrado de proteína, con o sin grasa. Es decir, es un subproducto de la leche, que se emplea habitualmente en la industria del queso en EEUU. Que yo sepa, solo la comercializa para consumo doméstico una empresa (Fairlife). Sin embargo, los autores la incluyen dos veces al día para aumentar las calorías provenientes de ultraprocesados.

De todos modos, es dudoso que este producto, que solo ha pasado por un proceso de filtración por membrana, además de la eliminación de la grasa y la adición de vitaminas A y D, sea realmente un alimento ultraprocesado, dado que no lleva azúcares ni sal añadidos, ni aditivos que mejoren sus propiedades sensoriales.

Si el contenido graso de la leche ultrafiltrada es del 2%, como se indica en el artículo, proporciona 53 kcal/100 g. Puesto que cada día se incluyen 2 vasos de leche, estaríamos hablando de 400 ml (412 g aprox.), que contribuirían con unos 218,4 kcal a la dieta diaria. Eso supone un 11% de las 2000 kcal. Es decir, que la mera sustitución de esa leche tan extraña por leche convencional, ya reduciría sustancialmente el contenido en ultraprocesados del menú al 80% de las kcal diarias.

2. No todas las frutas son ultraprocesadas. La mayor parte de las frutas incluidas en el menú propuesto no son frescas, sino envasadas. Sin embargo, el mero hecho de que una fruta esté envasada o se le haya añadido un conservante, no la clasifica automáticamente en el grupo de ultraprocesados NOVA 4, sino que perfectamente pueden ser alimentos procesados NOVA 3. Recordemos que el grupo NOVA 3 está compuesto por alimentos no procesados o mínimamente procesados (NOVA 1) a los que se le añaden ingredientes culinarios como azúcar, sal o aceite (NOVA 2) para su preparación. Además, según la definición, los alimentos del grupo NOVA 3, pueden contener aditivos que prolongan la duración del producto, protegen las propiedades originales o previenen la proliferación de microorganismos.

Este es el caso de algunas frutas envasadas del menú, como las mandarinas (que contienen agua, azúcar y ácido cítrico), de los albaricoques secos (que contienen aceite de girasol y como conservantes dióxido de azufre, bisulfito de sodio y sorbato de potasio) o las uvas pasas (solo contienen dióxido de azufre como conservante), entre otros.

3. No todas las verduras del menú son ultraprocesadas. En la tabla 1 del artículo, en la que los autores muestran el menú, se marcan con un asterisco los alimentos que no son ultraprocesados (NOVA 1 a NOVA 3) y los que no se encuentran en las DGA. Sin embargo, los guisantes dulces que se emplean como guarnición del pollo asado no están marcados con dicho asterisco. Por consiguiente, se consideran ultraprocesados. En cambio, en el suplemento del artículo se menciona explícitamente que este producto está clasificado como NOVA 3. En el mismo sentido, las zanahorias en rodajas se consideran ultraprocesadas porque contienen cloruro de calcio, pero yo tengo mis dudas al respecto porque este aditivo es un agente afirmante, es decir, que se emplea para proteger las propiedades originales del producto, como acepta la definición de NOVA 3. Algo similar ocurre con los pimientos rojos de la pizza del sexto día y con las castañas del salteado de verduras del séptimo día.

4. ¿Pasta sin gluten pero pan de trigo y de centeno en el mismo menú? Parece que no tiene mucho sentido incluir pasta sin gluten dos veces en la dieta mientras que se aporta a diario trigo y centeno, con todo su gluten en forma de pan, tortillas y crackers. Me parece evidente que se incluye pasta sin gluten en el menú con el único propósito de aumentar las calorías procedentes de ultraprocesados aunque un menú real no la incluiría.

5. ¿Por qué MyPyramid y no MyPlate? Como ya he mencionado más arriba, los menús fueron elaborados siguiendo la recomendación de la guía MyPyramid, a pesar de que dicha guía dejó de utilizarse en 2011, cuando la USDA la sustituyó por la guía MyPlate. No se entiende por qué se ha seguido una guía que tiene más de diez años de antigüedad y no está vigente y no la más actual. La pirámide fue criticada porque carecía de una clasificación jerárquica de los grupos de alimentos en términos de calidad nutricional. Se especula que la USDA sucumbió a la presión de la industria alimentaria, que no querían que las agencias federales aconsejaran comer menos de sus productos. Por tanto, pudiera ser que MyPyramid fuera más flexible que MyPlate para los intereses de la industria.

6. No se cumple la recomendación de 2 piezas de fruta al día… o sí. La DGA recomienda el consumo de dos piezas de fruta al día, aunque no indica que tenga que ser fresca ni hace referencia a su posible contenido en azúcar añadido. En la dieta propuesta eso no se cumple, si bien es cierto que la DGA permite sustituir la fruta por un zumo. En tal caso el menú propuesto sí conseguiría alinearse con la recomendación.

7. El HEI no es un buen indicador en el caso de los ultraprocesados. El HEI es un indicador basado en nutrientes y no en alimentos. Dado que la clasificación NOVA se basa en alimentos y no en nutrientes, no resulta un buen indicador para saber si un menú cargado de ultraprocesados según NOVA es saludable o no.

8. ¿Es posible mantener un menú de esas características más allá de una semana? Yo lo dudo mucho. Solo hay que ver las vueltas y revueltas que han tenido que dar los autores para seleccionar alimentos ultraprocesados que encajaran en las condiciones del estudio, es decir, que cumplieran con las recomendaciones de la DGA. Difícilmente conseguirían un menú variado de más de una semana con otros productos ultraprocesados alineado con dichas recomendaciones.

En definitiva, la dieta propuesta presenta ciertas inconsistencias con las pautas dietéticas y el concepto de ultraprocesados. Aunque la leche ultrafiltrada no sea un alimento típicamente ultraprocesado, su uso en la dieta aumenta significativamente las calorías de esa categoría. Además, clasifica algunos alimentos como ultraprocesados cuando no lo son. Por otra parte, la dieta es inconsistente, no solo porque emplea pasta sin gluten al tiempo que incluye otros cereales con gluten, sino que introduce alimentos poco habituales en la población. Todo ello con el único propósito de añadir calorías procedentes de ultraprocesados.

Quizá la que está desnuda es la DGA

La DGA para el periodo 2020-2025, que es la que se emplea en el estudio, fue publicada en 2020 por la USDA y desde le principio recibió críticas por parte de nutricionistas estadounidenses. Las más frecuentes eran las que hacían referencia a la negativa de seguir las recomendaciones del comité creado al efecto de elaborar las propias guías, que habían sugerido ser más estrictos en cuanto al consumo de alcohol y de azúcar.

En concreto, la guía recomienda que los adultos pueden optar por no beber o beber con moderación, limitando el consumo a dos bebidas alcohólicas al día para los hombres y una para las mujeres, excepto las embarazadas, que no deberían consumir alcohol. Por otra parte, el comité sugirió reducir el contenido de azúcares añadidos en la dieta del 10% a menos del 6% de las calorías diarias, después de considerar la evidencia científica de los impactos potenciales en la salud de su ingesta de azúcares añadidos. Sin embargo, la USDA no tomó en consideración la opinión del comité y mantuvo la cifra del 10%. Tienes más información sobre estas críticas en el blog de Marion Nestlé, profesora emérita Paulette Goddard de nutrición, estudios alimentarios y salud pública en la Universidad de Nueva York aquí y aquí.

Es cierto que en el menú propuesto en el estudio que analizo en este post, el contenido de azúcares añadidos supone en el 5,6% de las calorías diarias, lo que aún estaría en el límite del consumo recomendado por el comité. De todos modos, otros organismos internacionales ofrecen recomendaciones por debajo de ese porcentaje. Por ejemplo, la OMS recomienda que los azúcares libres en la dieta estén por debajo del 10% pero da una recomendación condicional del 5%, afirmando que se protegería más la salud 6. En el caso de la EFSA, simplemente dice que cuanto menos mejor, sin atreverse a dar porcentajes concretos debido a la ausencia de evidencia científica suficientemente sólida y a que no se pudieron comparar azúcares añadidos y azúcares libres. 7.

Sobre la DGA, Marion Nestlé afirmó que «han ocultado o disminuido la importancia de las principales fuentes alimenticias de azúcar, grasas saturadas y sal«. Por el contrario, a pesar de la evidencia que ya existía en 2020 sobre la relación de los ultraprocesados y la salud, dicha palabra no aparece en las pautas.

Además, en la DGA hay algunos otros detalles con los que estoy seguro que muchos dietistas-nutricionistas no estarán de acuerdo. Como decía más arriba, la guía permite sustituir fruta fresca entera por zumos de fruta, incluso de origen industrial y con azúcar añadido. Además, se recomienda la ingesta de 2,5 porciones de verduras y hortalizas al día, siendo cada porción del tamaño de una taza. Dentro de grupo de verduras y hortalizas se incluyen las patatas, de las que se puede consumir una porción al día, sin indicar el modo de preparación. Es decir, las patatas fritas de cualquier cadena de comida rápida serían perfectamente válidas para contribuir a alcanzar esa recomendación y se podrían consumir una vez al día. Dado que la recomendación es consumir 4,5 porciones de frutas y hortalizas al día, de las que 2 proceden de fruta y 2,5 de hortalizas, el consumo de 2 zumos de fruta industriales y una porción de patatas fritas equivaldrían a 3 de esas porciones. Dicho de otro modo, se puede conseguir cumplir con un 66% de la recomendación de consumo de frutas y hortalizas consumiendo zumos industriales y patatas fritas. Finalmente, el consumo máximo de sodio recomendado por la DGE es de 2,3 g/día para adultos, lo que está por encima de los 2 g/día que recomiendan tanto la EFSA como la OMS.

Con la Iglesia hemos topado, amigo Sancho

Según los críticos, estos defectos de la DGA se deben en parte a que el gobierno de EEUU eliminó la independencia del comité asesor. «Por primera vez en los 40 años de historia de las guías dietéticas, las agencias (USDA y HHS) establecen la agenda científica, no el comité«, dijo Nestlé. Pero, además, se han puesto sobre la mesa los conflictos de interés de dicho comité.

Miembros del Comité Asesor de la Guía Dietética de Estados Unidos (DGA).

De hecho, un grupo de investigadores internacionales encontró que todos los miembros del comité, excepto uno, tenían conflictos de interés con la industria alimentaria y/o farmacéutica, incluyendo las empresas Kellogg, Abbott, Kraft, Nestlé, Mead Johnson, General Mills y Danone 8. Además de estas empresas, se encontraron conflictos con organizaciones pantalla como el Instituto Internacional de Ciencias de la Vida (ILSI), del que son miembros compañías como Pepsico, Cargill, Ajinomoto, Premier Foods y Herbalife, entre otras muchas. La actividades de cabildeo del ILSI son conocidas desde hace años 9.

Empresas que forman parte del Instituto Internacional de Ciencias de la Vida (ILSI)

El 60% de los conflictos de interés del comité tuvieron que ver con actividades como ser miembro de la junta directiva de una empresa alimentaria, actuar como consultor para empresas, recibir honorarios como ponentes en conferencias o para su organización, recibir premios, ser empleado y ser editor. En este gráfico se pueden ver las relaciones con empresas de algunos de los componentes del comité.

Con la Iglesia hemos topado, amigo Sancho, parte II

No solo el comité de la DGA 2020 tenía conflictos del intereses. También los tienen los autores del estudio que estamos analizando. Según la declaración de conflictos de interés del artículo, uno de los autores es Director de Ciencia e Investigación de la Nutrición para el Global Soy Nutrition Institute (SNI), que recibe financiación de los productores de soja. Otro de ellos es asesor principal del Instituto de Ciencias McCormick, que fabrica y comercializa especias, salsas, condimentos y aromas alimentarios. Y un tercero es miembro de juntas asesoras/consultoras de Simply Good Foods, Quality Carbohydrates Coalition y la Junta Científica de Nutrición Sostenible y ha recibido fondos de los Institutos Nacionales de Salud, Taiyo y Barilla Foods en los últimos 12 meses. El resto de los autores son miembros de la USDA y las universidades de Dakota del Norte y Minnesota.

Concluyendo

En un intento de desacreditar la clasificación NOVA y el concepto de ultraprocesados, el estudio propone un menú de una semana en el que más del 80% de sus calorías provienen de alimentos ultraprocesados pero que se ajusta a las recomendaciones para una dieta saludable según la DGA. Dado que el menú cumple con las pautas dietéticas, podría decirse que es posible confeccionar un menú saludable compuesto casi en su totalidad por ultraprocesados.

Sin embargo, el estudio adolece de consistencia en algunos puntos, incluyendo la inclusión en el menú de alimentos muy poco habituales como la leche ultrafiltrada y otros que no son realmente ultraprocesados pero que se declaran como tales. Por otra parte, aunque el menú se ajusta a la DGA, ésta también ha sido objeto de críticas, en particular por su laxitud en la recomendación de consumo de azúcares añadidos y la ingesta de alcohol. Además, los conflictos de interés, tanto del comité de la DGA como de algunos de los autores del estudio, contribuyen a generar desconfianza.

La clasificación NOVA tampoco es perfecta y ha recibido críticas. Algunos argumentan que la definición de «ultraprocesados» es ambigua y subjetiva, lo que puede llevar a diferentes interpretaciones por parte de los investigadores. Además, se ha cuestionado la falta de evidencia sólida para demostrar que el consumo de ultraprocesados es un factor causal de enfermedades metabólicas. Aún así, la clasificación NOVA es la más aceptada por nutricionistas y científicos de todo el mundo para clasificar los alimentos ultraprocesados y ha sido empleada en investigaciones que relacionan el consumo de alimentos ultraprocesados con diversas enfermedades metabólicas, como obesidad, enfermedades cardiovasculares, diabetes, cáncer, etc. Estas investigaciones han demostrado de forma muy sólida que existe un vínculo entre el consumo de ultraprocesados y esas enfermedades aunque por el momento no se puede afirmar que sea su causa.

En definitiva, aunque la clasificación NOVA tiene sus defectos, es una herramienta útil para clasificar los alimentos de acuerdo a su grado de procesamiento industrial y dar recomendaciones sobre su consumo. Estudios como el analizado aquí, que retuerce la clasificación NOVA y el concepto de ultraprocesado, no contribuyen a un mejor conocimiento de la relación entre alimentos y enfermedades metabólicas ni a ofrecer a los consumidores recomendaciones para una alimentación más saludable.

  1. Hess JM, Comeau ME, Casperson S, Slavin JL, Johnson GH, Messina M, Raatz S, Scheett AJ, Bodensteiner A, Palmer DG. Dietary Guidelines Meet NOVA: Developing a Menu for A Healthy Dietary Pattern Using Ultra-Processed Foods. J Nutr. 2023:S0022-3166(23)72434-6. doi: 10.1016/j.tjnut.2023.06.028.
  2. Monteiro CA, Levy RB, Claro RM, Castro IR, Cannon G. A new classification of foods based on the extent and purpose of their processing. Cad Saude Publica. 2010;26(11):2039-49. doi: 10.1590/s0102-311×2010001100005.
  3. AESAN Scientific Committee. Impact of Consumption of Ultra-processed Foods on the Health of Consumers. Revista del Comité Científico de la AESAN. 2020;31:49-76
  4. Rodrigues Petrus R, do Amaral PJ, Tadini CC, Bernardo C. The NOVA classification system: A critical perspective in food science, Trends in Food Science & Technology. 2021; 116:603-608.
  5. Krebs-Smith SM, Pannucci TE, Subar AF, Kirkpatrick SI, Lerman JL, Tooze JA, Wilson MM, Reedy J. Update of the Healthy Eating Index: HEI-2015. J Acad Nutr Diet. 2018;118(9):1591-1602. doi: 10.1016/j.jand.2018.05.021.
  6. OMS, Organización Mundial de la Salud. Directriz: ingesta de azúcares para adultos y niños.2015 https://apps.who.int/iris/handle/10665/154587
  7. EFSA Panel on Nutrition, Novel Foods and Food Allergens (NDA), Turck D, Bohn T, et al. Tolerable upper intake level for dietary sugars. EFSA J. 2022;20(2):e07074. Published 2022 Feb 28. doi:10.2903/j.efsa.2022.7074
  8. Mialon M, Serodio P, Crosbie E, Teicholz N, Naik A, Carriedo A. Conflicts of interest for members of the U.S. 2020 Dietary Guidelines Advisory Committee. Public Health Nutr. 2022:1-28. doi: 10.1017/S1368980022000672.
  9. Steele S, Ruskin G, Sarcevic L, McKee M, Stuckler D. Are industry-funded charities promoting «advocacy-led studies» or «evidence-based science»?: a case study of the International Life Sciences Institute. Global Health. 2019;15(1):36. doi: 10.1186/s12992-019-0478-6.
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