10 claves para responder a las preguntas de la audiencia

Lo habitual después de una presentación es que haya un turno de preguntas. Sí, ese momento en el que algunos agarran el micrófono como si les fuera la vida en ello y no lo sueltan por nada del mundo. Es esa misma gente que, al darles la palabra, dicen «más que una pregunta, lo que yo tengo es un comentario». Pero, en realidad, el turno de preguntas es eso: un turno de preguntas y no un debate. Es una parte de la presentación en la que la audiencia hace preguntas al ponente para saber más sobre el tema de la charla.

Puesto que el turno de preguntas es la última parte de una presentación, es muy importante hacerlo bien. Una mala actuación en ese momento puede deslucir una magnífica presentación. Por otra parte, las preguntas brindan una grandísima oportunidad para profundizar en los temas presentados, aportando esa información y esos datos que seguro nos hemos dejado en el tintero por falta de tiempo. También permite aclarar algunas dudas que hayan quedado en la audiencia y consolidar la conexión que hemos establecido a lo largo de toda la presentación.

En este artículo, te muestro 10 estrategias efectivas para responder adecuadamente a las preguntas de la audiencia y lograr una conclusión impactante en tus presentaciones.

La mejor forma de responder a la preguntas

Escucha atentamente: Cuando alguien plantea una pregunta, lo primero que deberías hacer es agradecerla. Considera que la audiencia te regala su tiempo asistiendo a tu presentación, así que sé agradecido. Una vez hecho esto, asegúrate de escuchar con atención. Prestar atención muestra respeto y te permite entender adecuadamente la pregunta antes de responder.

Repite o reformula la pregunta: Una vez que la pregunta haya sido planteada, repítela o reformúlala para asegurarte de haberla entendido correctamente. Esto ayuda a clarificar cualquier ambigüedad, evitar malinsterpretaciones y muestra a la audiencia que estás comprometido con una respuesta precisa.

Mantén la calma y la confianza: Es normal sentir cierta presión al responder preguntas en vivo. De hecho, para muchas personas es un momento que genera más inquietud que la chala en sí. Aún así, recuerda mantener la calma y la confianza. Tu audiencia busca en ti a alguien que pueda brindar respuestas claras y seguras. Respira profundamente y mantén una postura segura y tranquila.

Sé honesto y transparente: Si no conoces la respuesta a una pregunta, no intentes inventar una respuesta improvisada. Si la respuesta inventada no es correcta y la audiencia se da cuenta, se puede interpretar como una mentira o como un intento de engañarla y echará por tierra el resto de la presentación por muy buena que haya sido. En su lugar, admite que no tienes la respuesta en ese momento, pero plantea la posibilidad de darles la información correcta en otro momento, por ejemplo, vía e-mail. Si eso no es posible, intenta especular con una posible respuesta pero asegúrate de que la audiencia sepa que estás especulando para que no se sienta estafada.

Comparte tu conocimiento de manera concisa: Cuando respondas a una pregunta, evita divagar o enredarte en detalles innecesarios. Sé conciso y claro en tus respuestas, centrándote en los puntos clave. Esto mantendrá el interés de la audiencia y les permitirá comprender fácilmente tus respuestas. Además, facilitará que más personas puedan preguntar en el tiempo que se ha dedicado a esa parte de la presentación.

Utiliza ejemplos o casos de estudio: A menudo, el uso de ejemplos o casos de estudio puede ayudar a ilustrar tus respuestas y hacerlas más comprensibles para la audiencia. Los ejemplos prácticos pueden dar vida a conceptos abstractos y permitir que el público se relacione con la información de una manera más tangible.

Admite posibles errores: Si alguien señala un error en tu presentación o te desafía con una opinión diferente, acéptalo de manera profesional. No te pongas a la defensiva ni entres en discusiones innecesarias. Agradece a la persona por su perspectiva y, si es relevante, ofrece una explicación adicional o una visión alternativa.

Fomenta la participación del público: Anima a la audiencia a hacer preguntas adicionales al final de tu respuesta. Esto muestra tu disposición para abordar más inquietudes, muestra humildad (tu respuesta no tiene por qué ser la única posible) y promueve una mayor interacción con el público. La participación activa del público crea un ambiente de aprendizaje enriquecedor y fortalece la relación entre audiencia y ponente.

Sé empático y respetuoso: Recuerda que cada pregunta proviene de una persona con sus propias experiencias y perspectivas. Sé empático y muestra respeto hacia cada miembro de la audiencia al responder. Evita comentarios sarcásticos, burlas o desestimar las preguntas. Aprecia la participación de la audiencia y brinda respuestas con amabilidad y cortesía.

Promete un seguimiento: Si una pregunta requiere una respuesta más detallada o no puede ser abordada completamente en ese momento, promete un seguimiento. Puedes ofrecer enviar por e-mail recursos adicionales, proporcionar referencias bibliográficas o incluso programar una reunión posterior para discutir el tema en mayor profundidad. Cumple con tus promesas de seguimiento para fortalecer la confianza y el compromiso con tu audiencia.

Bonus track. Al final del turno de preguntas, vuelve a dar las gracias a la audiencia e intenta volver a colar el mensaje, poniendo colofón a la presentación. Recuerda que lo último que se dice es una de las partes del discurso que mejor se recuerdan.

Bonus track 2. La audiencia se sentirá impelida a aplaudir cada vez que pronuncies las palabras mágicas «muchas gracias». Así que si quieres doble aplauso, pronuncia esas palabras.

¿Y qué pasa si no hay preguntas? Echa un vistazo a este otro post. https://malnutridos.com/2019/10/28/por-que-tras-algunas-charlas-la-audiencia-no-hace-preguntas/