Nutri-Score se vuelve gatopardiano: cambia para seguir igual

Nutri-Score se vuelve gatopardiano: cambia para seguir igual

“Si queremos que todo siga como está, es preciso que todo cambie. ¿Me explico?” – le dice Tacredi a su tío, Fabrizio Corbera, príncipe de Salina en la inmortal novela de Giuseppe Tomasi di Lampedusa, El Gatoapardo. El príncipe temía que su sobrino se uniera a las tropas de Garibaldi, que pretendían derrocar la monarquía del Borbón Francisco II unificando la península italiana y, con ello, perder sus privilegios.

A estas alturas no creo que quede nadie que no sepa qué es Nutri-Score o al menos que no haya escuchado hablar de este sistema de etiquetado frontal de alimentos. Está presente ya en el envase de muchos de los productos alimenticios que compramos y en las estanterías de algunos supermercados. Pero si alguien no lo conoce aún o si quiere repasar en qué consiste, puede echar un vistazo a esta entrada de hace un año.

Las críticas a Nutri-Score

Nutri-Score ha recibido críticas a diestro y siniestro. De hecho, pocas veces se ve un caso en el que la opinión de la industria alimentaria coincida con la de los dietistas-nutricionistas y los científicos. Nutri-Score ha tenido la habilidad de producir estas extrañas alianzas.

La opinión de los consumidores es más difícil de valorar. Una encuesta encargada por Dirección General de Consumo en 2019 mostró que el 92% de las personas reconocía que Nutri-Score les ayudaría a detectar alimentos más saludables. En cambio, otra encuesta a nivel europeo, realizada por la Universidad Luiss de Roma, señalaba que los ciudadanos europeos prefieren el sistema de etiquetado Nutrinform Battery frente a Nutriscore. Los resultados indicaron que Nutrinform Battery puntúa más alto que Nutri-Score en varios países europeos, incluida España. Recordemos que el Ministerio de Consumo español ha apostado por Nutri-Score como sistema de etiquetado frontal de alimentos, mientras que Italia ha propuesto Nutrinform Battery como alternativa. Recientemente, se ha prohibido el uso de Nutri-Score en este país. Es decir, parece que quien encarga la encuesta se ocupa de que los resultados salgan a su favor.

Los motivos del rechazo de los profesionales de la alimentación a Nutri-Score son diversos. Algunos de ellos están resumidos en este manifiesto que firmamos más de 60 científicos españoles. Entre ellas, se incluyen la pésima calificación para el aceite de oliva y que ignora el grado de procesamiento de los alimentos. Pero, además, Nutri-Score ha sido criticado porque se puede usar para propósitos distintos de los originales, como la elaboración de menús o guías dietéticas, la falta de adaptación a la dieta mediterránea porque emplea perfiles nutricionales elaborados en el Reino Unido, que no tiene en cuenta las raciones de alimentos, lo que perjudica a los que se consumen en pequeñas cantidades, que no valora la presencia de grasas saludables, que puede confundir al consumidor porque está diseñado solo para comparar alimentos de la misma categoría, etc.

El comité científico de Nutri-Score

Las críticas fueron tantas, que la autoridad sanitaria francesa Santé Publique France, que es quien tiene los derechos de Nutri-Score, tuvo que aceptar en 2021 que se formaran un comité directivo y un comité científico que sirvieran como mecanismo de coordinación transnacional para la evaluación de este sistema de etiquetado. Estos comités están formados por representantes de Bélgica, Francia, Alemania, Luxemburgo, los Países Bajos, España y Suiza, los países que han implantado Nutri-Score o están en vías de hacerlo.

El comité científico tiene como mandato evaluar las posibles evoluciones del Nutri-Score a partir de la mejor evidencia científica disponible, en sinergia con las recomendaciones dietéticas de los países representados en él. En este escenario de críticas, el comité científico abrió el año pasado la posibilidad de que los ciudadanos, empresas, operadores y asociaciones de consumidores enviaran solicitudes de propuestas de posibles cambios en el algoritmo. El pasado jueves, 4 de agosto, el comité científico emitió su informe sobre estas propuestas y hay muchos cambios. Os los muestro en detalle, señalando el problema que el comité encontró para cada grupo de alimentos, las propuestas recibidas, la decisión tomada y a qué alimentos afecta.

Energía (calorías)

  • Problema: El comité considera que la asignación lineal de puntos en la escala conduce a un desequilibrio que beneficia a alimentos ricos en carbohidratos y proteínas frente a los ricos en grasas. Este desequilibrio perjudicaba a los aceites de origen vegetal y los pescados azules en contra de los productos ricos en azúcares.
  • Propuesta 1: Calcular el componente de la energía según la fórmula EnergíaSaturados y azúcares (kJ/100g) = Azúcares (g/100g) x 17 + Saturados (g/100g) x 37.
  • Propuesta 2: Eliminar el componente energía del algoritmo.
  • Propuesta 3: Limitar el número de puntos de la energía.
  • Respuesta: El comité no recomienda ninguna modificación del componente de energía para el algoritmo general. Los problemas identificados previamente se abordaron mediante modificaciones en la puntuación de los azúcares y de las grasas y azúcares, como describe más adelante. Por otra parte, el comité recomienda la modificación del componente de Energía por un componente de Energía de saturados con una escala de asignación de puntos de 120 kJ dentro del grupo “grasas, aceites, nueces y semillas” (ver más adelante).
  • Implicaciones: Mejora la calificación de muchos aceites vegetales con bajo contenido en ácidos grasos saturados.

Grasas saturadas

  • Problema: No se detalla.
  • Propuesta: Ninguna.
  • Respuesta: El comité considera que este componente está alineado con las recomendaciones e ingestas de referencia actuales de ácidos grasos saturados.
  • Implicaciones: Ninguna.

Azúcares

  • Problema: El panel de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) declaró en su informe sobre el perfil de nutrientes que una reducción en la ingesta de azúcares libres y añadidos es importante para la salud pública, y que debe ser lo más bajo posible. Nutri-Score no diferencia entre azúcares libres, añadidos o naturales en su algoritmo.
  • Propuesta 1: Comenzar la asignación de puntos a partir de 3,4 g/100 g (en lugar de 4,5g/100g) de azúcares totales, con aumentos de 3,4 g hasta un máximo de 15 puntos (en lugar de 10).
  • Propuesta 2: Comenzar la asignación de puntos a partir de 5,0 g/100 g (en lugar de 4,5g/100g) de azúcares totales, con aumentos de 3,4 g hasta un máximo de 15 puntos (en lugar de 10).
  • Respuesta: El comité recomienda la propuesta 1 para que el componente de azúcar se incluya en la actualización del algoritmo de Nutri-Score.
  • Implicaciones: La modificación reduce el número de productos calificados A o B. afectando a productos lácteos azucarados y cereales para el desayuno sobre todo.

Sal/Sodio

  • Problema 1: El componente actual se formula como sodio. Esta formulación no está alineada con el Reglamento (UE) 1169/2011, que promueve el uso de “sal” para la declaración nutricional obligatoria, en lugar de “sodio”
  • Problema 2: La escala actual de Nutri-Score no cubre los contenidos de sal por encima de 2 g/100 g (en términos de sodio), por lo que no permite discriminar productos con contenido de sal superior a cantidad.
  • Problema 3: Los alimentos salados pero pobres en energía no pueden alcanzar la misma clasificación desfavorable que los ricos en grasas o azúcares.
  • Propuesta 1: Comenzar la asignación de puntos a partir de 0,2 g sal/100 g (en lugar de 90 mg sodio/100 g), con aumentos de 0,2 g hasta un máximo de 20 puntos (en lugar de 10), siendo el máximo 4 g/100 g de sal.
  • Propuesta 2: Comenzar la asignación de puntos a partir de 0,25 g sal/100 g (en lugar de 90 mg sodio/100 g), con aumentos de 0,15 g hasta un máximo de 20 puntos (en lugar de 10), siendo el máximo 3,8 g/100 g de sal.
  • Respuesta: El comité recomienda que el componente de sodio del algoritmo sea modificado a sal y que se incluya la propuesta 1 en la actualización del algoritmo de Nutri-Score.
  • Implicaciones: La propuesta incrementa la puntuación de los productos cárnicos en 2-4 puntos, los quesos en 1 punto y un empeoramiento de la clasificación de los panes alemanes y franceses. También se ven perjudicados otros alimentos salados.

Fibra dietética

  • Problema: La clasificación actual de Nutri-Score no discrimina entre cereales integrales y alimentos elaborados con harinas refinadas, que contienen cantidades más altas y más bajas de fibra dietética, respectivamente.
  • Propuesta 1: Incluir alimentos integrales en el componente positivo del algoritmo.
  • Propuesta 2: Comenzar la asignación de puntos a partir de 0,7 g fibra/100 g (en lugar de 0,9 g/100 g), con aumentos de 0,7 g hasta un máximo de 8 puntos (en lugar de 5), siendo el máximo 5,8 g/100 g de fibra.
  • Propuesta 3: Comenzar la asignación de puntos a partir de 3 g fibra/100 g (en lugar de 0,9 g/100 g), con aumentos de 1,1 g, siendo el máximo 5,8 g/100 g de fibra.
  • Respuesta: El comité considera que la propuesta 3 discrimina mejor alimentos integrales de los elaborados con harinas refinadas y recomienda que se incluya en la actualización del algoritmo de Nutri-Score.
  • Implicaciones: La propuesta conduce a una cambio en la distribución de panes de cereales refinados hacia la calificación C, mientras que la mayoría del pan integral permanece clasificado como A o B.

Proteínas

  • Problema 1: Nutri-Score no considera las proteínas como un nutriente de interés per se, sino más bien como sustituto de hierro y calcio.
  • Problema 2: La escala de asignación de puntos actual no discrimina adecuadamente entre alimentos ricos en calcio y hierro y aquellos con menor contenido en estos minerales.
  • Propuesta 1: Comenzar la asignación de puntos a partir de 2,4 g /100 g (en lugar de 1,6 g/100 g), con aumentos de 2,4 g hasta un máximo de 7 puntos (en lugar de 5), siendo el máximo >17 g/100 g.
  • Propuesta 2: Comenzar la asignación de puntos a partir de 3 g /100 g (en lugar de 3 g/100 g), con aumentos de 3 g, hasta un máximo de 7 puntos (en lugar de 5), siendo el máximo >21 g/100 g.
  • Respuesta: El comité considera que la propuesta 1 proporciona una mejor consistencia con las definiciones de otros componentes, por lo que recomienda que se incluya en la actualización del algoritmo de Nutri-Score. Por otra parte, el comité recomienda que el límite máximo de proteínas para el componete grasas, aceites, nueces y semillas se establezca en 7 puntos positivos.
  • Implicaciones: El pescado, y en particular el pescado azul francés, llega con mayor frecuencia a calificaciones A y B. Los quesos sólidos y semisólidos, que tienen mayor contenido en calcio, alcanzan con más frecuencia la categoría C, que el algoritmo actual no permite. Permite una mejor discriminación entre las versiones simples y condimentadas de frutos secos.

Frutas, verduras, legumbres, frutos secos y aceites vegetales

  • Problema 1: El componente actual de “frutas, verduras, legumbres y frutos secos” se revisó en 2019 para incluir alimentos de interés en Francia, como los aceites de oliva, colza y nuez. Esta modificación permitió que los aceites preferidos por los franceses obtuvieran calificaciones más altas que otros aceites.
  • Problema 2: En el caso de los frutos secos, se modificó su clasificación del algoritmo principal al componente de “grasas, aceites y frutos secos”.
  • Propuesta 1: Eliminar los aceites de los ingredientes calificados como “frutas, verduras y frutos secos”.
  • Propuesta 2: Eliminar los frutos secos del componente “frutas, verduras y frutos secos”.
  • Respuesta: El comité recomienda eliminar los aceites y los frutos secos del componente “fruta, verduras y frutos secos”.
  • Implicaciones: Los aceites de oliva, colza y nuez se volverán a calificar con el resto de aceites vegetales. Además, el comité recomienda que los aceites elaborados con ingredientes que califiquen en la lista de ‘frutas, verduras y legumbres’ (por ejemplo, aceituna y aguacate), puedan contarse dentro de este componente.

Grasas, aceites, frutos secos y semillas

  • Problema 1: El análisis de la literatura muestra que había evidencia sustancial de los beneficios del aceite de oliva sobre el riesgo de diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y mortalidad por todas las causas. El comité declara que la falta de estudios sobre el efecto de otros aceites vegetales con perfiles de nutrientes favorables (es decir, bajos en ácidos grasos saturados y altos en ácidos grasos poliinsaturados) impidieron una comparación directa de los efectos de los diversos tipos de aceites en la salud humana.
  • Problema 2: Los frutos secos no tienen una posición consistente como grupo de alimentos en las pautas dietéticas de todos los países europeos.
  • Problema 3: Los frutos secos tienen un perfil nutricional favorable como fuente de ácidos grasos insaturados, fibra dietética y proteínas.
  • Propuesta: Añadir los frutos secos y las semillas a la categoría de grasas y aceites de Nutri-Score.
  • Respuesta: La comisión acepta la propuesta.
  • Implicaciones: La nueva categoría de “Grasas, aceites, frutos secos y semillas” favorece a los aceites pobres en ácidos grasos saturados (no es el caso del aceite de oliva), así como a los alimentos que contienen frutos secos, que reciben mejores calificaciones.

Carnes y productos cárnicos

  • Problema: Las pautas dietéticas en la mayoría de los países que participan oficialmente en el Nutri-Score recomiendan limitar el consumo de carnes rojas y procesadas. Sin embargo, el algoritmo de Nutri-Score, otorga calificaciones A o B para las carnes rojas magras.
  • Propuesta: Disminuir el número de puntos máximos para las proteínas atribuidas a la carne roja y productos de carne roja, proporcionalmente a la proporción de hierro hemo a hierro total en productos de carne roja. Así, el máximo de puntos de proteína atribuibles a la carne roja queda en 2 puntos.
  • Respuesta: El comité recomienda la inclusión de una norma específica para carnes rojas y productos procedentes de carnes rojas dentro del algoritmo principal, con una reducción en el número de puntos máximos de proteína a 2 puntos.
  • Implicaciones: La puntuación máxima para las carnes rojas y productos derivados de estas pasa de 7 a 2 puntos, lo que conlleva peor valoraciones en Nutri-Score para estos productos.
Así queda el algoritmo para carnes rojas y productos derivados de carnes rojas.

Ajuste de los umbrales principales

  • Problema: Los cambios propuestos implican un ajuste de los umbrales.
  • Propuesta: Modificar los umbrales de la siguiente forma:
  • Respuesta: El comité recomienda las modificaciones propuestas.
  • Implicaciones: Mayor proporción de panes y arroces integrales en la categoría A, aunque siguen quedando principalmente en la categoría B. Los productos lácteos azucarados tienen su mediana en la categoría C y son discriminados comparados a lácteos sin azúcar (mediana en categoría B). El 43% de ellos alcanza la categoría A. Los pescados grasos pasan de un 8% en la categoría A a un 24%. Por otra parte, un 10% de cereales para el desayuno quedan en la categoría A, junto con la mayoría de la pasta refinada. Excepto las versiones muy dulces, las compotas azucaradas quedan en la categoría A, así como un 13% de productos lácteos azucarados. Un 44% de los sustitutos de carne de origen vegetal quedan en la categoría A. No hay cambios importantes para el pescado magro y las legumbres. La comisión considera estos cambios adecuados.
Parte A (desfavorable) de la tabla de puntuaciones del algoritmo general de Nutri-Score tras las modificaciones propuestas.
Parte C (favorable) de la tabla de puntuaciones del algoritmo general de Nutri-Score tras las modificaciones propuestas.

Ajuste de los umbrales para la categoría grasas, aceites, frutos secos y semillas

  • Problema: Los cambios propuestos implican nuevos umbrales para la categoría grasas, aceites, frutos secos y semillas en el nuevo algoritmo para esta categoría.
  • Propuesta:
  • Respuesta: El comité recomienda las modificaciones propuestas.
  • Implicaciones: La mayoría de los aceites pobres en ácidos grasos saturados obtienen mejores calificaciones. El aceite de oliva, que puede contener hasta un 25% de saturados, queda en la categoría B porque se lo considera en el componente de frutas, verduras y legumbres.
Parte A (desfavorable) de la tabla de puntuaciones del algoritmo para la categoría de «grasas, aceites, frutos secos y semillas» de Nutri-Score tras las modificaciones propuestas.
Parte C (favorable) de la tabla de puntuaciones del algoritmo para la categoría de «grasas, aceites, frutos secos y semillas» de Nutri-Score tras las modificaciones propuestas.

Nutri-Score se actualiza… Pero mantiene sus defectos

Como podéis ver, el comité científico ha encontrado bastantes problemas en la forma en que se computaba Nutri-Score. Algunos de ellos atienden a los inconvenientes que los profesionales de la alimentación habían detectado.

Desde mi punto de vista, lo que hace el comité científico es actualizar los cálculos en base a la evidencia científica más actual. Hay que tener en cuenta que el algoritmo original está basado en los perfiles nutricionales elaborados en el año 2005 por la Agencia de Normas Alimentarias (Food Standard Agency) del Reino Unido. Los cambios propuestos para los azúcares, carnes rojas, productos de carnes rojas, aceite de oliva, alimentos integrales y otros, obedecen a esta actualización.

Por tanto, parece que al menos algunas de las críticas que se lanzaban a Nutri-Score estaban bien fundadas y, desde mi punto de vista, no se debería haber permitido la implementación de un sistema desarrollado con datos tan obsoletos. Es más, una de las razones que han esgrimido los defensores del sistema es que tenía sólidos apoyos científicos, lo que a la luz de los cambios propuestos por el comité científico, queda bastante en entredicho.

En cualquier caso, sigue habiendo cuestiones que estoy seguro que causarán disgusto entre muchos profesionales de la alimentación.

El primer lugar, los análisis se han hecho considerando bases de datos de composición de alimentos de Alemania, Francia, Países Bajos y Bélgica, ignorando otra vez a los países del sur de Europa y a la dieta mediterránea, y especialmente a España, que es uno de los países comprometidos con Nutri-Score,. Me imagino que los españoles integrantes del comité científico tendrán algo que decir al respecto.

El caso del aceite de oliva es un disparate. El propio comité científico reconoce que la excepción para los aceites de oliva, colza y nuez se debía al interés de los franceses en ellos y no realmente a motivos de salud. Con las modificaciones propuestas, si bien mejora su calificación, lo hace gracias a una nueva excepción, como es considerarlo en el grupo de frutas, verduras y legumbres. La realidad es que si no fuera por esa excepción, la mayoría de los aceites de oliva, con contenidos de ácidos grasos saturados entre 10% y 25%, seguirían como hasta ahora, en la categoría C. Este hecho entraría en contradicción con la creación de la nueva categoría de “grasas, aceites, frutos secos” y semillas, con la excusa del efecto beneficioso para la salud del aceite de oliva y otros aceites vegetales.

Por otra parte, no se tiene en cuenta que una gran parte de los efectos beneficiosos atribuidos a los aceites del olivar se debe a su contenido en componentes menores, por lo que ignora a los aceites de oliva vírgenes. Los alimentos no solo contienen nutrientes, poseen además importantes compuestos bioactivos que contribuyen a sus efectos en la salud. Ignorar esto es volver atrás varias décadas en investigación científica en nutrición.

Se reduce la puntuación en proteína de las carnes rojas por el riesgo de cáncer, pero se incluyen en el mismo paquete que las carnes rojas procesadas. Sin embargo, mientras que el riesgo de cáncer colorrectal (el de evidencia más sólida) para las carnes procesadas es convincente, para las rojas es solo probable. Además, se ignoran las variedades procesadas que no sean rojas.

Aprovecho para mencionar un comentario de Rafael Urrialde en Twitter, sobre la inconveniencia de que crear comités científicos paralelos cuando ya tenemos a la EFSA para que haga esa labor.

Por lo demás, Nutri-Score sigue manteniendo algunos de sus defectos más importantes y por los que ha recibido mayores críticas. Pero creo que, por encima de todo, con los nuevos cambios es menos transparente y genera más confusión al consumidor, ya que incluye un nuevo algoritmo, fórmulas matemáticas, cambios en las puntuaciones y más excepciones. Como en El Gatopardo, Nutri-Score cambia para intentar ser la opción elegida como sistema frontal de etiquetado de alimentos en la UE pero sigue siendo el mismo.

Este artículo fue publicado en The Conversation en versión reducida.

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