La historia del policosanol cubano: de reductor del colesterol a vigorizante sexual

La historia del policosanol cubano: de reductor del colesterol a vigorizante sexual

No sé qué tiene Cuba que tanta gente siente una atracción formidable hacia ese país. No sé si serán sus gentes, sus playas, su naturaleza, su cultura o una combinación de todo eso. Además, está la política, que da lugar a eternas discusiones y a ríos… qué digo ríos, ¡océanos! de tinta.

Cierto es que cuando sale Cuba a colación cualquier asunto toma un cariz diferente y donde había sosiego surge la polémica. También cuando hablamos de ciencia y alimentación. Es el caso del policosanol, que desde su descubrimiento ha estado envuelto en la controversia.

Tras el triunfo de la revolución cubana de 1959, Fidel Castro aseguró que la ciencia ocuparía un lugar importante dentro de los planes de transformación del país. Y lo hizo ante los miembros de la Sociedad Espeleológica de Cuba, reunidos en la sede de la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana. De ese modo, se pusieron en marcha diversos centros de investigación en áreas de interés para la economía del país. Entre ellos, el Instituto Cubano de Investigaciones de los Derivados de la Caña de Azúcar, que fue creado en 1963 por el Che Guevara, ministro de industria, con el objetivo de brindar soporte científico al desarrollo de las tecnologías que permitieran el aprovechamiento integral y diversificado de la caña de azúcar.

Ernesto «Ché» Guevara. Crédito: Antonio Marín Segovia

El descubrimiento del policosanol

En poco tiempo, las investigaciones con la caña de azúcar llevaron a la identificación de potenciales derivados bioactivos, entre los que destacó el policosanol. El policosanol es un nombre originalmente dado a un extracto de caña de azúcar en Cuba, derivado de las ceras de la planta. Las ceras son ésteres de ácidos grasos y alcoholes grasos de cadena larga de hasta 30 átomos de carbono. Uno de ellos, el más abundante en el policosanol con un 60%, es el octacosanol, que tiene 28 átomos de carbono.

Poco después de su descubrimiento, sus creadores anunciaron el policosanol como un avance importante contra la enfermedad cardíaca. El extracto fue comercializado por Laboratorios Dalmer S.A., empresa exclusiva para productos desarrollados por el Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNIC) de Cuba y que era también responsable de su exportación. Los estudios iniciales patrocinados por esta compañía encontraron que el policosanol inhibía la producción de colesterol LDL y potencialmente promovía la producción de colesterol HDL, mejorando por tanto, los niveles de colesterol plasmático y protegiendo frente a la enfermedad cardiovascular 1.

Por tanto, el policosanol cubano de Dalmer Laboratories tenía respaldo científico, pero debido a las malas relaciones entre los países, no estaba disponible en los Estados Unidos. Sin embargo, Dalmer Laboratories no había registrado la marca comercial ‘policosanol’, por lo que el nombre se empleó para otros productos que contienen alcoholes grasos, como extractos de cera de caña de azúcar producidos fuera de Cuba, cera de salvado de arroz y cera de abejas. Es Estados Unidos se presentaron patentes para policosanol de cera de abejas por la empresa Hauser Laboratories.

Efectos del policosanol

Durante los años 90 se publicaron numerosos estudios en animales de experimentación y en humanos que demostraban el efecto reductor del colesterol del policosanol. 2345

Parecía que se había dado con una sustancia perfecta. Todos los estudios avalaban su efecto favorable y protector. De hecho, en 2005 un meta-analisis de ensayos clínicos en humanos afirmaba que el efecto del policosanol era superior al de los esteroles de plantas. 6

Recordemos que estamos en los 90 y en todo el mundo había una verdadera obsesión por el colesterol y las grasas. En este contexto, cualquier producto que alegara una capacidad para reducir el colesterol tenía éxito inmediatamente. Era la tormenta perfecta para la distribución internacional del policosanol, pero también para que las grandes multinacionales de la farmacia pusieran sus garras sobre el producto. Bayer tenía en ese momento en el mercado el complejo multivitamínico One-A-Day (una al día), pero en 2005 anunció que su producto One-A-Day Cholesterol Plus incluía policosanol.

La viagra cubana

Es más, en los inicios del s.XXI comenzaron a surgir otros posibles usos del policosanol. Lo que le faltaba a Cuba, con su fama de sensualidad, es que además de ser dulce, la caña de azúcar tuviera una acción estimulante sobre la sexualidad. En esta nota del diario El Mundo de 1998, no se cortan en asociar sexo y colesterol en Cuba. Todo vale para el turista en la isla. or el módico precio de 25$ se podía uno bajar el colesterol y satisfacer su apetito sexual. La estimulación sexual era un efecto secundario del policosanol pero la única evidencia al respecto era que su administración a ratas machos producía un incremento del número de montas y de las erecciones. La conclusión del artículo del diario no tiene desperdicio: Lo que estimula no es el medicamento en sí, sino tomarlo en Cuba, con el sol y las mulatas… (sic).

¿Y para las mujeres no servía? ¡Cómo no! Ellas también querían disfrutar del sexo en la isla caribeña. Otro efecto secundario era que reducía el estrés, y a menor estrés, mayor libido, por lo que el “producto para gozar” (sic en el artículo), servía tanto para hombres como para mujeres. Se decía que un habitual del consumo del «viagra anti-imperialista» era el ex-presidente argentino Carlos Menem.

Por supuesto, de todo esto no había la más mínima evidencia científica… hasta hace un par de años. En agosto de 2017 un equipo japonés publicó que el octacosanol (alcohol graso principal del policosanol) tenía la capacidad de reducir el estrés y mejorar el sueño en ratones 7

La decepción

Hasta 2006 todo marchaba sobre ruedas para el policosanol. Había conseguido introducirse en el mercado mundial y en Estados Unidos se vendía bajo otras marcas y nomenclaturas. Pero como dice el dicho popular (y más hablando de estimulantes sexuales), todo lo que sube, acaba por bajar.

En mayo de 2006 un grupo de investigación del Centro de Enfermedades Cardiovasculares de Alemania publicó un estudio exquisitamente diseñado. Se llevó a cabo entre 143 personas con el colesterol alto a las que se administró policosanol durante 12 semanas a distintas dosis[ref]Berthold HK, Unverdorben S, Degenhardt R, Bulitta M, Gouni-Berthold I. Effect of policosanol on lipid levels among patients with hypercholesterolemia or combined hyperlipidemia: a randomized controlled trial. JAMA. 2006;295(19):2262-9.[/ref]. Los investigadores no encontraron ningún efecto sobre el colesterol total, el colesterol LDL, el colesterol HDL o los triglicéridos. Nada de nada.

A Bayer se le vino el mundo encima, claro. Su portavoz, Tricia McKernan, dijo que el estudio «no fue diseñado para abordar la afirmación de que junto con la dieta y el ejercicio, el policosanol puede ayudar a mantener niveles saludables de colesterol que ya están dentro del rango normal«, así como que esa era la única alegación que Bayer hacía del producto. Salvados por la campana, vamos.

Ese mismo año, otro grupo en Estados Unidos confirmó los resultados de los alemanes[ref]Dulin MF, Hatcher LF, Sasser HC, Barringer TA. Policosanol is ineffective in the treatment of hypercholesterolemia: a randomized controlled trial. Am J Clin Nutr. 2006;84(6):1543-8.[/ref]. Después de administrar policosanol a 40 personas con hipercolesterolemia durante 8 semanas tampoco encontraron diferencias en los niveles de colesterol y triglicéridos. El castillo del policosanol se venía abajo. Aunque se alegó que el origen del policosanol empleado en estos estudios no era el mismo que en Cuba (cera de abeja frente a caña de azúcar), sus componentes bioactivos, principalmente octacosanol, sí lo eran.

Precisamente, en diciembre de ese mismo año la UE adoptó un Reglamento sobre el uso de declaraciones nutricionales y de propiedades saludables para los alimentos, del que se encarga la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA por sus siglas en inglés). En 2011, la EFSA rechazó una alegación sobre los efectos beneficiosos del policosanol en los niveles de colesterol porque no había evidencias suficientes.

¿Podemos decretar la defunción del policosanol? Ni mucho menos. Desde 2006 han pasado 13 años y la ciencia sigue su curso. Una de las ventajas del método científico es que permite la refutabilidad, es decir, que una teoría o hipótesis pueda de ser sometida a potenciales pruebas que la contradigan. En 2018, un grupo de la Universidad de Huazhong (China) llevó a cabo un metanálisis de 22 ensayos clínicos en los que se había administrado policosanol 8. El conjunto de todos esos estudios incluía a 1886 personas con el colesterol alto. Los resultados mostraron que el policosanol reducía el colesterol total y el colesterol LDL, mientras que aumentó el colesterol HDL en comparación con el placebo. Eso sí, los autores chinos reconocían que más de la mitad de los estudios analizados (13 de 22) se habían realizado en Cuba y eran los que mostraban efectos más importantes. Además, sugerían que se deberían realizar más estudios en humanos para poder valorar el efecto.

Mientras tanto, el policosanol se sigue comercializando en todo el mundo. En Amazon podemos comprarlo al módico precio de 18,90€ por 100 cápsulas de 20 mg (gastos de envío incluidos) o más barato incluso si lo compramos directamente en la web del productor. Los vendedores alegan que puede reducir el colesterol en sangre, prevenir la aterosclerosis e incluso ayudar a eliminar algunos trastornos producidos por la diabetes.

demás, su uso como vigorizante sexual se está extendiendo a otros países. Según esta noticia de este mismo mes, se va a producir policosanol en Japón donde realmente necesitan un estímulo sexual, y en Alemania, donde han mejorado con policosanol un producto para aumentar la potencia sexual a base de abrojo.

Así que ya veis, con lo pequeño que es país, Cuba sigue dando mucho que hablar, incluso cuando la materia se reduce a colesterol y alimentación. La polémica, como siempre, está servida.

  1. Menendez R, Fernandez SI, Del Rio A, Gonzalez RM, Fraga V, Amor AM, Mas RM. Policosanol inhibits cholesterol biosynthesis and enhances low density lipoprotein processing in cultured human fibroblasts. Biol Res. 1994;27(3-4):199-203.
  2. Menendez R, Amor AM, Gonzalez RM, Fraga V, Mas R. Effect of policosanol on the hepatic cholesterol biosynthesis of normocholesterolemic rats. Biol Res. 1996;29(2):253-7.
  3. Rodríguez-Echenique C, Mesa R, Más R, Noa M, Menéndez R, González RM, Amor AM, Fraga V, Sotolongo V, Laguna A. Effects of policosanol chronically administered in male monkeys (Macaca arctoides). Food Chem Toxicol. 1994 Jun;32(6):565-75.
  4. Pons P, Rodríguez M, Robaina C, Illnait J, Más R, Fernández L, Fernández JC. Effects of successive dose increases of policosanol on the lipid profile of patients with type II hypercholesterolaemia and tolerability to treatment. Int J Clin Pharmacol Res. 1994;14(1):27-33.
  5. Canetti M, Moreira M, Mas R, Illnait J, Fernandez L, Fernandez J, Diaz E, Castano G. A two-year study on the efficacy and tolerability of policosanol in patients with type II hyperlipoproteinaemia. Int J Clin Pharmacol Res. 1995;15(4):159-65.
  6. Oliaro-Bosso S, Calcio Gaudino E, Mantegna S, Giraudo E, Meda C, Viola F, Cravotto G. Regulation of HMGCoA reductase activity by policosanol and octacosadienol, a new synthetic analogue of octacosanol. Lipids. 2009;44(10):907-16.
  7. Kaushik MK, Aritake K, Takeuchi A, Yanagisawa M, Urade Y. Octacosanol restores stress-affected sleep in mice by alleviating stress. Sci Rep. 2017;7(1):8892.
  8. Gong J, Qin X, Yuan F, Hu M, Chen G, Fang K, Wang D, Jiang S, Li J, Zhao Y, Huang Z, Dong H, Lu F. Efficacy and safety of sugarcane policosanol on dyslipidemia: A meta-analysis of randomized controlled trials. Mol Nutr Food Res. 2018;62(1).
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